La rehabilitación de edificios afecta a todo tipo de propietarios. Con el paso de los años, los edificios van deteriorándose y los materiales pierden sus propiedades. Hay muchos elementos que pueden interferir en la vida útil de un edificio: los materiales utilizados durante la construcción, el uso de las viviendas e incluso las condiciones del entorno son algunos de ellos. Estos marcan una fecha donde el edificio requiere de modificaciones o cambios y muchos propietarios optan por la rehabilitación para alargar al máximo la vida de los edificios.

 

Las tareas de rehabilitación, restauración y mantenimiento de los edificios son esenciales en su conservación. Se estima que solo en España existen más de 9 millones de viviendas que necesitan obras de rehabilitación y muchos propietarios no pueden acceder a las mismas. Por este motivo, el gobierno ha planteado una serie de ayudas de rehabilitación de viviendas, también disponibles para comunidades y edificios. Desde PlanRadar repasamos los diferentes tipos de rehabilitación para edificios y los beneficios que aportan a sus propietarios.

 

Existen varios tipos de rehabilitación de edificios según las necesidades de los mismos. Es importante detectar los puntos a mejorar en el edificio y optimizar el proyecto de obra para conseguir el mejor resultado durante la rehabilitación. Estas son las principales rehabilitaciones de edificios y su objetivo:

 

Es esencial que los propietarios se cercioren de que su edificio es seguro y actúen en caso de deterioro de los materiales, fachadas o elementos estructurales. Algunas de las rehabilitaciones que se englobarían en este grupo serían las realizadas ante el riesgo de desprendimiento o en el recalzado de los cimientos de un edificio, siendo obligatorias por el riesgo que suponen.

 

  • El ahorro energético puede empezar por la rehabilitación de un hogar. Existen sistemas optimizados que permiten una mayor eficiencia energética en los hogares. Materiales aislantes, cerramientos más herméticos y modificaciones estructurales que ayudan a reducir el importe de las facturas energéticas.

 

Este tipo de rehabilitación es especialmente interesante para las Administraciones Públicas. Por ello, las ayudas van dirigidas en gran parte a proyectos de obra que tengan en cuenta una mejora energética del edificio. Estas ayudas cubren parte de la inversión necesaria para la rehabilitación, para que más propietarios puedan acceder a ellas.

 

  • La accesibilidad es una tarea pendiente para muchos edificios que no cuentan con las medidas necesarias para poder facilitar el acceso a las fincas a todos los colectivos. Algunas de las rehabilitaciones que se englobarían serían la instalación de rampas seguras, ascensores o incluso sistemas de elevación para personas con movilidad reducida.

 

Estas reformas son esenciales y existen leyes que regulan unas medidas básicas que toda construcción debe tener, para poder delimitar un mínimo de accesibilidad a los edificios, sobre todo, si estos son públicos.

 

  • Existen una serie de medidas y condiciones que aseguran la habitabilidad de un espacio. Los propietarios deben, en este sentido, rehabilitar los espacios que ya no las cumplan.

 

Existen obras de rehabilitación de edificios parciales, es decir, que solo modifican algunos elementos del edificio. Estas suelen ser menos costosas, pero no siempre son posibles. Cuando existe la necesidad de cambiar las instalaciones de un edificio o de realizar grandes reparaciones, se considera una rehabilitación de edificio integral, pues modifica la estructura del edificio. En ambos casos se trata de un proyecto de obra estructural y suele ser más complejo que la restauración de un espacio.

 

Rehabilitar un edificio supone una gran carga y esfuerzo económico para los propietarios, pero debemos tener presente que también es un deber a tener en cuenta. La legislación vigente en España recoge que “los propietarios de terrenos, construcciones y edificios tienen el deber de conservarlos en condiciones de seguridad, salubridad, ornato público y decoro, realizando los trabajos y obras precisas de conservación y rehabilitación”.

Por ello, es obligatorio que, en caso de necesidad, los propietarios de un edificio lleguen a un acuerdo para rehabilitar el edificio, procurando que sea seguro y se conserve en las condiciones necesarias para vivir en el mismo. Para poder asegurarse de que la normativa se cumple, existen mecanismos de inspección periódicos, el principal es la Inspección Técnica de Edificaciones (ITE).

 

Estas inspecciones estudian el estado de las estructuras de un edificio, su fachada, la cimentación y cubierta, detectando posibles riesgos y cambios necesarios. Además, también se tienen en cuenta elementos como las redes de electricidad, agua y alcantarillado, ya que con el paso de los años pueden desgastarse y precisar un cambio. Si se detectan irregularidades, los propietarios llevarán a cabo una rehabilitación del edificio.

 

El ayuntamiento requiere estas inspecciones y en el caso de no cumplimento pueden imponer sanciones, además de aplicar medidas más estrictas para procurar la rehabilitación del edificio, sobre todo, si este puede ser un potencial peligro para los propietarios y su entorno. Por todo ello, puede ser de mucha utilidad contar herramientas digitales que faciliten tareas como la gestión de la documentación requerida para la solicitud de las ayudas a la rehabilitación o agrupar todos los materiales, permisos, mano de obra y tiempos necesarios para cumplir el proyecto según los plazos establecidos.